Coalescencia/Spínola
Introducción.
Hay una deficiencia en la estructura organizativa que de forma recurrente se ha puesto de manifiesto en toda la organización y que es necesario corregir: La estructura territorial y sus competencias.
No nos dotamos de una estructura provincial en Vistalegre y su necesidad es evidente, tanto es así que sobre la marcha y extra - estatutariamente hemos tenido que crear la figura de enlace provincial de organización, una medida necesariamente provisional.
Por tanto, se debe crear el Consejo Ciudadano Provincial con una estructura análoga a los ya existentes a nivel municipal, autonómico y estatal.
Por otra parte, hemos visto la necesidad de una mayor descentralización en la toma de decisiones, como por ejemplo la configuración de listas electorales que ha provocado discrepancias e incluso reacciones, probablemente excesivas, aunque comprensibles.
Esta cuestión deberá ser resuelta en Vistalegre II, en sus documentos organizativos.
Pero la necesaria estructuración provincial y la creciente sensibilidad de la organización sobre la representación territorial, así como un mayor grado de autonomía son argumentos a favor de un modelo de composición del CCE y consecuentemente, una forma de votación.
Por otra parte, la cuestión sobre si los documentos políticos deben o no ir ligados a una lista y si esa lista debe ser abierta o cerrada debe ser encarada con pragmatismo. Esto significa que la solución adoptada debe ser la óptima aquí y ahora. No existe la solución ideal, para siempre y en cualquier circunstancia.
Debemos corregir defectos y anticiparnos a los problemas, no es el momento para profundizar en diferencias ideológicas, de estrategia o, peor aún, de liderazgo, es lo que están esperando todos nuestros adversarios. Al contrario, es necesario aunar voluntades.
Bajo estas dos premisas, la composición del CCE recogida en esta propuesta está enfocada a reforzar la unidad de la organización, primando la representación territorial y la transversalidad de los que sufrimos la crisis sobre el “monoteísmo” ideológico.
Y no es que neguemos la necesidad de definición ideológica, llegará el momento (más pronto que tarde) en que será ineludible, simplemente hay cuestiones más urgentes.
Aunque ideología y organización son cuestiones íntimamente relacionadas, la una condiciona a la otra, estratégicamente (aquí y ahora) es prioritario construir organización.
Propuesta.
El nuevo Consejo Ciudadano Estatal estará compuesto por:
El Secretario General
Los 17 secretarios generales autonómicos
Un representante del exterior.
Los 52 (futuros) secretarios generales provinciales o en su defecto representantes provinciales (CCAA monoprovinciales, la actual ausencia de la figura del SG provincial, etc.)
Todos los anteriores serán elegidos mediante sufragio universal de los inscritos en sus ámbitos respectivos, estatal, autonómico y provincial.
Además, serán miembros del CCE los 15 miembros del consejo de coordinación (14 más el SG)
Los documentos políticos serán votados, en sufragio universal, junto con una lista cerrada que los presenten.
La composición del Consejo de Coordinación será de 7 miembros, elegidos conjuntamente con los documentos políticos, la otra mitad sería repartida proporcionalmente a los votos obtenidos por el res to de listas presentadas. En el caso de que solo se presenten dos listas, el reparto sería de 8 y 6 respectivamente.
De esta forma se equilibra el excesivo poder que centraliza actualmente el SG.
Así, el CCE tendrá un total de 85 miembros.
Los documentos éticos y organizativos serán votados de forma independiente por sufragio universal.
Esta constitución del CCE fortalece la representatividad territorial en detrimento de la proporcionalidad pura. En las circunstancias actuales, cualquier forma de votación proporcional, más o menos corregida, inevitablemente favorecerá la polarización de Podemos, nos abocará a un enfrentamiento en el que se confundirán motivos ideológicos con motivos personales, éticos y de organización. La representatividad territorial pospone la polarización y nos da tiempo para un necesario debate sobre identidad política, una vez que hayamos ganado el gobierno para la mayoría social.
Debemos asumir la urgencia de esta discriminación positiva transitoria con toda naturalidad.
