Editing Decolonialismo

La Organización Mundial de la Salud pide al planeta que se distribuyan las vacunas de manera que en vez de seguir vacunando a niñ@s y a jóvenes en Occidente (menos afectad@s por la enfermedad), se redirijan las dosis al personal sanitario y a la población de mayor edad en el Sur Global. No ocurre. Es más, no se debate en el norte, no forma parte de los temas a discusión, del imaginario colectivo en nuestras sociedades "avanzadas". Estamos en otra cosa. En si se abren los bares, las discotecas, en si vuelven los eventos masivos. En el verano turístico. Es un segundo verano ya de pandemia. También el verano pasado proclamamos la victoria sobre la epidemia, para luego descubrirnos equivocad@s y expuest@s, golpead@s por muertes que siguen apilándose por cifras ya naturalizadas. ¿Mueren, morimos? ¿Me puedes pasar la mostaza? En Occidente estamos cortocircuitándonos en una cacofonía con su punto de belleza. Encontramos sensibilidades y pasiones múltiples. Hay quien no cree que las pruebas diagnósticas del virus sean reales, hay quien lo argumenta, hay para entretenerse, pero no lo hacemos. No nos entretenemos en esclarecer si el número de ciclos de amplificación de la reacción en cadena de la polimerasa pudiera estar distorsionando nuestra exigua ventana de percepción de la evolución de la cosa. Y gente que ya anda escamada tras el escándalo del falseado de las emisiones diesel medioambientalmente amigables de la Volkswagen desemboca manifestándose con nazis. No aceptamos posturas intensitas en nuestros espacios de debate, sino que cerramos dogma y no acumulamos friamente posibles elementos de juicio aunque nos fueran incómodos. Occidente practicamos una pluralidad hasta cierto punto. Whatsapp bloquea, Youtube borra. ¿Debatimos en Podemos? Gran parte de lo rechazado es efectivamente escoria. Se entiende la necesidad pragmática de mantener fuera de la casa la tormenta de polvo. Cerramos ventanas y puertas y sellamos ranuras. Así es como bajamos al Sur, así de impermeables andábamos y andamos. ¿Podemos subir de nivel, podemos evaluar serenamente las propuestas del Sur, las de la chusma, las de quien nos da la primera impresión de que se equivoca de pleno? Hasta que "al mas lento" no le escuchemos y entendamos y traduzcamos las posturas, no dejaremos de ser nosotr@s mism@s en última instancia ese "más lento". Para liberar las patentes tan solo hemos de explicar a las asalariadas que el bocado a su bienestar material nos salva. Yo me ofrezco a evangelizar en campos de golf y manicuras. Lo que hemos de preparar es artillería argumental, porque cuando consigues contacto, van y rebaten.

La Organización Mundial de la Salud pide al planeta que se distribuyan las vacunas de manera que en vez de seguir vacunando a niñ@s y a jóvenes en Occidente (menos afectad@s por la enfermedad), se redirijan las dosis al personal sanitario y a la población de mayor edad en el Sur Global. No ocurre. Es más, no se debate en el norte, no forma parte de los temas a discusión, del imaginario colectivo en nuestras sociedades "avanzadas". Estamos en otra cosa. En si se abren los bares, las discotecas, en si vuelven los eventos masivos. En el verano turístico. Es un segundo verano ya de pandemia. También el verano pasado proclamamos la victoria sobre la epidemia, para luego descubrirnos equivocad@s y expuest@s, golpead@s por muertes que siguen apilándose por cifras ya naturalizadas. ¿Mueren, morimos? ¿Me puedes pasar la mostaza? En Occidente estamos cortocircuitándonos en una cacofonía con su punto de belleza. Encontramos sensibilidades y pasiones múltiples. Hay quien no cree que las pruebas diagnósticas del virus sean reales, hay quien lo argumenta, hay para entretenerse, pero no lo hacemos. No nos entretenemos en esclarecer si el número de ciclos de amplificación de la reacción en cadena de la polimerasa pudiera estar distorsionando nuestra exigua ventana de percepción de la evolución de la cosa. Y gente que ya anda escamada tras el escándalo del falseado de las emisiones diesel medioambientalmente amigables de la Volkswagen desemboca manifestándose con nazis. No aceptamos posturas intensitas en nuestros espacios de debate, sino que cerramos dogma y no acumulamos friamente posibles elementos de juicio aunque nos fueran incómodos. Occidente practicamos una pluralidad hasta cierto punto. Whatsapp bloquea, Youtube borra. ¿Debatimos en Podemos? Gran parte de lo rechazado es efectivamente escoria. Se entiende la necesidad pragmática de mantener fuera de la casa la tormenta de polvo. Cerramos ventanas y puertas y sellamos ranuras. Así es como bajamos al Sur, así de impermeables andábamos y andamos. ¿Podemos subir de nivel, podemos evaluar serenamente las propuestas del Sur, las de la chusma, las de quien nos da la primera impresión de que se equivoca de pleno? Hasta que "al mas lento" no le escuchemos y entendamos y traduzcamos las posturas, no dejaremos de ser nosotr@s mism@s en última instancia ese "más lento". Para liberar las patentes tan solo hemos de explicar a las asalariadas que el bocado a su bienestar material nos salva. Yo me ofrezco a evangelizar en campos de golf y manicuras. Lo que hemos de preparar es artillería argumental, porque cuando consigues contacto, van y rebaten.